Un día templado y soleado. Dos amigos y dos motos. Un paso de montaña en el que ninguno de ellos ha sido incluso si es “aquí”, pero eso para llegar literalmente te trae de la carretera. Dordona.

Se necesitan tan poco para restablecer el estrés y las frustraciones., Recargar ese pozo que tenemos dentro aquí en medio del esternón, por encima del diafragma. Cerveza con su ténéré y yo montando el Himalaya nos dejamos en una misión contemplativa.

No tenemos ningún objetivo excepto escucharnos, por un día, En contacto con el mundo que nos rodea.
